09 julio, 2010

Un desierto de colores


 ¿Sabías qué? 

En nuestro país, una Periodista, Claudia Peñailillo, escribió lo que considero más una descripción artística que un mero artículo periodístico. Y, como todo valor superior, hay que compartirlo.

Es una imagen casi surrealista, difícil de describir pero tan cautivante que es imposible dejar de apreciar. Es único en el mundo, sólo nace y renace en la región de Atacama donde en la densidad del desierto fluye desde la sequedad de la tierra brotes de semillas que estuvieron dormidas un sinnúmero de años para dar espacio a la floración más perfecta que podamos observar.

Pasaron diez años desde que la magia de las flores nos ofreció el espectáculo, una prolongada espera que sólo hace unos días y luego de las últimas precipitaciones, retorna su encanto con las especies endémicas.

Hace unos días que comenzaron a aparecer las primeras germinaciones en el sector costero entre Vallenar y Caldera, presencia de colores diversos en pétalos y tallos nunca vistos. Una imagen demasiado frágil aún por lo que el no cortar, no pisar, no botar basura, no dañar, son los imprescindibles para su preservación considerando que pueden alcanzar a más de doscientas las especies que florecen en ésta parte del norte donde se encuentran entre las más conocidas: las garras de león, añañucas y patas de guanaco.

Se estima que el volumen de vegetación en medio de los áridos suelos podría deslumbrar con una cantidad mucho mayor durante septiembre, mes de la primavera, de celebraciones bicentenarias y del regreso a la luz del inusual ecosistema.

Por eso grupos ecológicos y entidades gubernamentales están en alerta para cuidar el fenómeno, principalmente, ante quienes llegan a lucrar y a destruir sin entender lo valioso que representa. Es necesario entonces apelar a la conciencia de quienes no han visto atentos el espectáculo natural que nos ofrece el fenómeno del desierto, una majestuosidad sin intervención de terceros y que aparece para otorgarnos la alegría de vivir apreciando además el inmenso regalo que nos aproxima el entorno.


Atardecer en el Desierto de Atacama

Desierto Florido

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es cierto lo que usted dice, saludos,


RGF