¿Sabías qué?
George Bernard Shaw lo proclamaba como «el más grande maestro del mundo», mientras que Aldous Huxley comparaba una charla de Krishnamurti con un “discurso” del Buddha. Pero el propio Krishnamurti era reacio a este tipo de etiquetas: «Yo no soy su maestro; ustedes no son mis discípulos. No hay autoridad ni gurú que vaya a llevarles de la mano hacia Dios o hacia el despertar. Cada uno es su propio maestro y su propio discípulo».
A los pies del Maestro
El discernimiento es descrito por Krishnamurti como la facultad entre distinguir entre lo real y lo irreal, facultad que ayuda a entrar en el sendero:
Sólo dos clases de seres existen en el mundo: los que saben y los que no saben, y ese conocimiento es el que de verdad importa. La religión que un hombre práctica no es importante, así como la raza o nación a la que pertenece, lo único que verdaderamente cuenta es este conocimiento.
En verdad no tendría que ser difícil la elección entre lo recto y lo equivocado, ya que los que han decidido seguir al Maestro han tomado la resolución de obrar bien con todas sus consecuencias.
El hombre y el cuerpo son dos cosas distintas, y a menudo lo que el hombre quiere no siempre es lo que el cuerpo desea.
No mezcles tus cuerpos – mental, emocional y físico – (Ego) con tu yo (Alma). Cada uno de éstos tratará de ser el “yo”, con el propósito de hacer lo que desea, pero tienes que conocerlos a ellos, y aceptarte a ti como su dueño.
Estudia en profundidad las leyes de la naturaleza y, cuando las hayas comprendido, pon tu vida acorde a ellas, utilizando siempre la razón y el buen sentido.
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