Ser Persona

¿Sabías qué?

En el posteo anterior adelanté que, en esta nota, intentaría brevemente aclarar que se debe entender por  ‘ser persona’. En primer lugar, conozcamos la etimología y algunas acepciones del término ‘persona’ a nivel del Diccionario.  [1]

Del latín,  persōna, máscara de actor, personaje teatral, este del etrusco phersu, y este del griego πρόσωπον.

● “Hombre o mujer de prendas, capacidad, disposición y prudencia”.

● En Filosofía: “Supuesto inteligente”.

Estos dos significados son los que más se aproximan a lo que, actualmente, nos dice la Ciencia de la Educación y Orientación. Así, por ejemplo:

“Ser persona indica estados espirituales de desarrollo del hombre en los cuales éste utiliza sus facultades de raciocinio, de juicio moral y de opción, asumiendo las consecuencias de ella”. [2]

Es decir, a través del desarrollo de nuestras capacidades o facultades que nos son inherentes, podemos y, aún más, debemos, empeñarnos en ir logrando “ser persona”. Esto significa, aprender a pensar racionalmente; aprender a valorar y a dar nuestros propios juicios morales, desarrollando nuestra capacidad “ethos” que es el término griego del que proviene la palabra Ética que, en Filosofía y en las actuales Ciencias Humanas, es la disciplina que estudia la dimensión moral de ser humano, la “moral”, los “mores”, etc. Y, sobre todo, podemos y debemos aprender a usar responsablemente nuestra capacidad máxima o total que es nuestra libertad, pues, queramos o no, siempre, vamos a tener que asumir o hacernos cargo de las buenas o malas consecuencias del tener que optar o   del tener que elegir entre dos o más alternativas. Al respecto, recuerdo una frase de José Ortega y Gasset que dice, más o menos así,  “El hombre es libre y de lo único que no es libre es de dejar de ser libre”.

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[1] Real Academia Española. Diccionario de la Lengua Española. 2001.

[2] Mario E. González O., “Modelo Antropológico Piramidal (M.A.P.) para una teoría valórica y operacional de la educación y de la orientación” en Boletín de Investigación. Vol. 7., p.80. Pontificia Universidad Católica de Chile. 1989.