Jacob Bronowski, científico y humanista fallecido en 1974, en uno de sus ensayos del libro titulado El Ascenso del Hombre, una obra maestra de inteligencia aplicada, escrita con una lucidez exuberante, elogiada por la crítica y devorada por millones de lectores, publicada en español por el Fondo Educativo Interamericano, S.A., en 1979, dice:
“Es por supuesto tentador el cerrar los ojos a la historia y especular en cambio acerca de los orígenes de la guerra, con base en algún posible instinto animal: como si, al igual que el tigre, tuviésemos todavía que matar para sobrevivir, o, como el petirrojo, para defender el territorio nidal. Mas la guerra, la guerra organizada, no es un instinto humano. Es una forma de robo altamente planificada y coordinada. Y este sistema de robo se inició hace diez mil años, cuando los agricultores de trigo acumularon excedentes y los nómadas surgieron del desierto para robarles algo de lo que ellos mismos no podían proveerse. Hemos visto pruebas de lo anterior en la ciudad amurallada de Jericó y en su torre prehistórica. Este es el comienzo de la guerra” (p. 88).
Como se ha especulado, la guerra no surgió de un posible instinto animal sino que es una invención del hombre.
¿Sigue siendo el mismo el propósito de la guerra?
1 comentario:
Interesante
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