¿Sabías qué?
A mediados de la década de los años 60 impactó y se conversó mucho acerca de lo que ayer publiqué en otro blog ( www.gestionriesgos.cl ). Hoy deseo compartir con ustedes este texto y dos imágenes.
Localización: Nueva York, Estados Unidos de Norteamérica.
Contexto: Eran las 17:28 horas del 9 de noviembre del año 1965 cuando, de pronto, se produjo lo que ha pasado a conocerse en la historia como “El Gran Apagón de 1965” en Nueva York.
Causas: The New York Times, publicó que la causa fue una falla en la subestación eléctrica de Clay. Los técnicos que envió el Gobierno para investigar las causas de este incidente no lograron determinarlas y, tampoco, el FBI ni la policía del Estado pudieron precisar el origen de esta falla. Y, en definitiva, este hecho fue calificado, en suma, como “inexplicable”.
Consecuencias: Destacamos las principales consecuencias, señaladas por esta fuente:
1.- En la costa Noreste de los Estados Unidos y de Canadá 36 millones de personas quedaron en tinieblas.
2.- El apagón duró exactamente 12 horas.
3.- La oscuridad afectó a 128.000 kilómetros cuadrados de la citada costa. Es decir, a la quinta parte de la población total del país.
4.- De esos 36.000 millones de personas, 1 millón, durante un largo tiempo, quedaron atrapados en los ascensores, “metros”, escaleras mecánicas y trenes eléctricos.
5.- Más de 800.000 personas se vieron afectadas en Washington.
6.- Los aviones de pasajeros tuvieron que volar en círculo ante las graves dificultades para encontrar las pistas de aterrizajes.
7.- Sólo las estaciones de radio – gracias a sus equipos de emergencia -, pudieron seguir emitiendo, dando instrucciones e intentando calmar a los desconcertados y angustiados habitantes.
En fin, millones de personas en Massachussetts, New Hampshire, Rhode Island, Conecticus, Vermont, Nueva York, Nueva Jersey, Pensylvania y algunas zonas del Canadá, sufrieron la noche más larga de sus vidas.
Lecciones aprendidas:
Muchas ciudades han sufrido apagones a lo largo de la historia, incluido el reciente apagón de este domingo 14 de febrero de 2010 que afectó gran parte de nuestro país (ver posteo de ayer: “Caída del Sistema Interconectado Central deja al 90% del país sin luz”). Sin embargo, “El Gran Apagón” de Nueva York de 1965, ha pasado a la historia como uno de los grandes ejemplos de que el funcionamiento de casi todo el mundo actual depende de la energía eléctrica. Este apagón y muchos otros más en nuestro país y en otras naciones, ponen de relieve el caos y la desorganización que se produce cuando, por diversas causas, responsabilidades, etc., cesa el suministro de energía eléctrica. No en vano autores visionarios de la talla de Marshall McLuhan, Alvin Toffler, Zbigniew Brzezinski y otros, han llamado a esta nueva era de la humanidad, la era de los ambientes tecnológicos eléctricos, la era tecnotrónica, etc. Y, por lo mismo, parafraseando a McLuhan, debemos aprender muchas lecciones a partir de sus tesis, entre las cuales, nombramos las siguientes:
“El medio es el mensaje” que, en pocas palabras, quiere decir que las técnicas y tecnologías son “el mensaje de este nuevo mundo”, dependiendo radicalmente de estos medios en muchas formas y sentidos. “El medio es el masaje” que explicamos brevemente recurriendo a sus propias palabras: “Si el gran Apagón de 1965 hubiese continuado durante medio año, no habría quedado duda acerca de cómo la tecnología eléctrica modela, altera, modifica – masajea – cada instante de nuestras vidas” (El Medio es el Masaje. Marshall McLuhan y Quentin Fiore. Publicado simultáneamente en Estados Unidos y Canadá en 1967. Edición castellana: Buenos Aires, Paidós, página 145, año 1969).
Recordemos una de las lecciones aprendidas mencionadas anteriormente, durante “El Gran Apagón”:
“Sólo las estaciones de radio – gracias a sus equipos de emergencia -, pudieron seguir emitiendo, dando instrucciones e intentando calmar a los desconcertados y angustiados habitantes.”
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